Primeros Pasos para Reclamar Indemnización por Accidente de Trabajo

Tiempo de lectura: 14 minutos

Índice de contenido

1. ¿Qué es una indemnización por accidente de trabajo y quién tiene derecho a reclamarla?

La indemnización por accidente de trabajo es una compensación económica que tiene como objetivo resarcir al trabajador por los daños físicos, psicológicos y/o materiales sufridos a raíz de un accidente ocurrido durante el desempeño de sus funciones laborales. Esta indemnización se encuentra regulada por la normativa laboral y de seguridad social vigente, y su reconocimiento depende de varios factores, entre ellos la gravedad del accidente, la existencia de responsabilidad empresarial y el tipo de relación contractual.

Definición legal y fundamentos de la indemnización por accidente laboral

Desde el punto de vista legal, un accidente de trabajo es todo suceso imprevisto que se produce con ocasión o como consecuencia directa del trabajo que ejecuta el trabajador por cuenta ajena. Para que exista derecho a una compensación económica, es imprescindible demostrar la vinculación entre el accidente y la actividad laboral desarrollada. En este contexto, el derecho a la indemnización puede surgir tanto por vía administrativa (a través del sistema de Seguridad Social) como por vía judicial (mediante una demanda por responsabilidad civil o laboral contra la empresa).

Ahora bien, existen distintos tipos de indemnización: la que corresponde por daños y perjuicios, la derivada de una incapacidad permanente y la que se establece en algunos convenios colectivos de trabajo. En todos los casos, los derechos del trabajador deben prevalecer, y para ello es clave contar con asesoramiento jurídico especializado desde el inicio del proceso.

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¿Quién tiene derecho a reclamar una indemnización por accidente laboral?

Cualquier trabajador por cuenta ajena que haya sufrido un accidente en el lugar de trabajo o durante el trayecto habitual (accidente in itinere) puede tener derecho a reclamar. Esto incluye tanto a empleados con contrato indefinido como a aquellos con contratos temporales o de formación. Además, en determinadas circunstancias, los autónomos dependientes (TRADE) también pueden tener acceso a ciertos tipos de compensaciones, aunque su cobertura es más limitada.

El derecho a reclamar no se limita a los casos en los que se demuestra negligencia empresarial. Incluso cuando no existe culpa directa del empleador, pueden activarse mecanismos de compensación a través de mutuas, seguros o el propio régimen de contingencias profesionales de la Seguridad Social. Sin embargo, si se comprueba que hubo omisión de medidas de seguridad o incumplimiento normativo por parte de la empresa, la indemnización puede ser considerablemente mayor.

Por otra parte, no todos los accidentes laborales son iguales. Se debe valorar si se ha producido una incapacidad temporal, una incapacidad permanente parcial o total, o incluso una gran invalidez. Esta clasificación incide directamente en el monto y tipo de indemnización al que puede acceder el trabajador afectado.

Factores que condicionan el derecho a indemnización por accidente de trabajo

Diversos factores determinan la viabilidad y cuantía de una reclamación. Entre los principales se encuentran la existencia de testigos, los informes médicos, los partes de baja, y las actas de inspección de trabajo si las hubiera. También influye si el accidente se produjo por imprudencia del trabajador o por fallos estructurales en las condiciones laborales.

Además, el plazo para reclamar es otro aspecto clave. Generalmente, existe un período determinado desde la fecha del accidente o desde que se reconoce una lesión permanente para iniciar el procedimiento legal. Superado ese plazo, el derecho a reclamar podría extinguirse.

Por último, es fundamental destacar que la indemnización por accidente de trabajo no sustituye otras prestaciones como el subsidio por incapacidad temporal o la pensión por invalidez. Se trata de un derecho complementario, cuya función es garantizar una reparación más justa e integral de los daños sufridos por el trabajador.

2. Pasos iniciales tras sufrir un accidente laboral: ¿Qué hacer primero?

Pasos iniciales tras sufrir un accidente laboral: ¿Qué hacer primero?

Sufrir un accidente laboral puede generar confusión, preocupación e incluso miedo a perder el empleo. Sin embargo, es fundamental actuar con rapidez y orden para proteger los derechos del trabajador y garantizar el acceso a la atención médica y a una eventual indemnización. Existen una serie de pasos clave que deben seguirse desde el momento en que ocurre el incidente, los cuales permiten dejar constancia del hecho y activar los mecanismos legales correspondientes.

Aunque cada caso puede tener particularidades, los primeros pasos tras un accidente en el lugar de trabajo suelen ser comunes a la mayoría de los procedimientos. Es importante tener en cuenta que cualquier omisión en esta etapa puede dificultar una reclamación posterior o disminuir el valor compensatorio que se podría obtener.

Notificar el accidente de inmediato y acudir al centro médico autorizado

El primer paso esencial tras un accidente laboral es comunicar el hecho al empleador o al responsable directo. Esta notificación debe hacerse lo antes posible, preferiblemente por escrito, y debe incluir una descripción breve de lo sucedido, la hora, el lugar y cualquier testigo presente. El empleador tiene la obligación de registrar el accidente y remitir al trabajador al centro médico autorizado por la mutua de accidentes de trabajo con la que tenga contratado el servicio.

Es vital que el trabajador no acuda directamente a su centro de salud habitual, ya que esto podría generar problemas de cobertura y retrasar la emisión del parte médico oficial. La primera atención médica debe quedar registrada, ya que será la base documental para cualquier posterior reclamación de indemnización por accidente de trabajo.

Además, si el trabajador se encuentra imposibilitado para notificar por sí mismo, un compañero o familiar puede hacerlo en su nombre. La empresa, por su parte, debe entregar el parte de accidente (modelo oficial) a la Seguridad Social y a la mutua correspondiente en un plazo máximo de cinco días.

Recopilar pruebas, testigos e informes médicos desde el inicio

Una vez recibido el primer diagnóstico, es recomendable comenzar a reunir pruebas que respalden la ocurrencia del accidente y sus consecuencias. Entre los elementos clave se encuentran los partes médicos, las recetas, las pruebas de diagnóstico (radiografías, resonancias, etc.), así como fotografías del lugar del accidente si fuera posible. También se deben identificar testigos que puedan declarar sobre lo ocurrido, especialmente si hay indicios de que las condiciones de seguridad eran inadecuadas.

Es igualmente importante conservar toda la documentación relacionada con la relación laboral: contrato, nóminas, manuales de seguridad, correos electrónicos y cualquier comunicación que pueda probar el vínculo con la empresa y las tareas encomendadas. Este conjunto de evidencias es decisivo para posteriores trámites, ya sea para solicitar una baja laboral, reclamar una compensación económica o iniciar acciones legales por responsabilidad empresarial.

En paralelo, se recomienda registrar por escrito la evolución de los síntomas, tratamientos y limitaciones funcionales. Esta bitácora médica personal puede ayudar a los peritos y abogados a entender la magnitud del daño sufrido y a calcular con mayor precisión el monto de la indemnización.

3. Documentación necesaria para solicitar una indemnización por accidente de trabajo

Al momento de solicitar una indemnización por accidente de trabajo, es imprescindible reunir una serie de documentos que acrediten tanto la existencia del accidente como sus consecuencias. Esta documentación cumple un doble propósito: por un lado, permite formalizar el procedimiento ante la mutua, la Seguridad Social o los tribunales; por otro, sustenta el cálculo y justificación del importe a percibir. La calidad, coherencia y oportunidad de estos documentos puede marcar una diferencia significativa en la resolución del caso.

Cabe destacar que no existe una única vía para reclamar una indemnización. Dependiendo de si se trata de una reclamación administrativa, una denuncia judicial o una demanda por responsabilidad civil, los requisitos legales pueden variar ligeramente. Sin embargo, hay un conjunto base de documentos esenciales que deben estar disponibles desde las primeras etapas del proceso.

Parte de accidente de trabajo y certificados médicos: pilares de la reclamación

El parte de accidente de trabajo es el documento oficial que acredita la ocurrencia del accidente ante la administración pública. Debe ser emitido por la empresa en un plazo máximo de cinco días desde el siniestro y enviado a la Seguridad Social. Esta notificación debe ir acompañada del informe de la mutua de accidentes o del centro médico autorizado, donde se detalla el diagnóstico inicial, la fecha de atención y el tratamiento prescrito.

Además, es fundamental contar con todos los informes médicos posteriores, incluidas las pruebas diagnósticas realizadas (radiografías, resonancias, electromiografías, etc.), los partes de baja y alta médica, así como cualquier informe de evolución o pericial que refleje secuelas o limitaciones funcionales. Estos elementos permitirán establecer el nexo causal entre el accidente y las lesiones sufridas, así como cuantificar su impacto.

En situaciones en las que la lesión haya derivado en una incapacidad permanente parcial o total, el dictamen del tribunal médico (EVI/ICAM, según la comunidad autónoma) será imprescindible para iniciar la reclamación correspondiente. Dicho dictamen debe incluir la valoración del grado de incapacidad y la relación directa con el accidente laboral.

Contrato de trabajo, nóminas y otros documentos que acreditan la relación laboral

Además de los informes médicos, es necesario presentar documentación que demuestre el vínculo contractual con la empresa en el momento del accidente. Esto incluye el contrato de trabajo, las nóminas recientes, y en su caso, el certificado de empresa. Estos documentos no solo acreditan la existencia de la relación laboral, sino también las condiciones económicas del puesto, lo cual será determinante para el cálculo de la indemnización por accidente de trabajo.

También se recomienda recopilar manuales de prevención de riesgos laborales, registros de formación en seguridad, correos electrónicos internos y cualquier otro documento que pueda demostrar la asignación de tareas, horarios, lugar de trabajo y cumplimiento (o no) de medidas preventivas por parte del empleador.

En determinados casos, si se ha iniciado una investigación por parte de la Inspección de Trabajo, el acta resultante será un documento clave, especialmente si en ella se recogen infracciones o deficiencias en las condiciones laborales. Lo mismo aplica para los atestados policiales, en caso de que el accidente haya ocurrido en vía pública o haya requerido la intervención de autoridades.

4. ¿Cuándo y cómo presentar una reclamación por accidente laboral?

Iniciar el proceso para presentar una reclamación por accidente laboral requiere comprender tanto el momento oportuno como los procedimientos formales disponibles. Esta etapa es decisiva, ya que determina si el trabajador podrá acceder a una indemnización justa y proporcional a los daños sufridos. El conocimiento detallado de los plazos legales y de las vías de reclamación disponibles permite actuar con seguridad y evitar errores que puedan entorpecer el resultado del proceso.

Antes de presentar la reclamación, es recomendable haber reunido la documentación clave: informes médicos, parte de accidente, prueba del vínculo laboral y evidencia de posibles responsabilidades empresariales. Con este respaldo, el siguiente paso es valorar el tipo de reclamación que mejor se ajusta a la situación específica del afectado.

Plazos legales para reclamar tras un accidente laboral

Uno de los aspectos más críticos en cualquier procedimiento de reclamación es el cumplimiento de los plazos legales. En el caso de una acción por responsabilidad civil derivada de accidente laboral, el plazo general para reclamar es de un año desde que el trabajador recibió el alta médica o desde que se consolidaron las secuelas. Este plazo puede variar en función de la vía jurídica elegida: laboral, penal o contencioso-administrativa.

Si el trabajador va a solicitar una revisión de incapacidad ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS), también se aplica un plazo de 30 días hábiles desde la resolución denegatoria o el acto administrativo correspondiente. Superado ese período, se pierde el derecho a impugnar o reclamar.

Es importante entender que, en determinados casos, como cuando existe una investigación penal en curso por imprudencia empresarial, los plazos civiles pueden interrumpirse hasta la conclusión del procedimiento penal. Por ello, es fundamental consultar con un abogado especialista en accidentes laborales para no comprometer el ejercicio de los derechos.

Canales para presentar una reclamación: vías administrativa, laboral y judicial

Existen varias formas de cómo reclamar una indemnización por accidente laboral, y cada una depende del tipo de responsabilidad que se desee imputar y de la finalidad del procedimiento. Una primera vía es la reclamación administrativa ante la mutua de accidentes o el INSS, en caso de que el trabajador no esté de acuerdo con el tratamiento recibido, el diagnóstico, o la valoración del grado de incapacidad. Este proceso se inicia mediante escrito formal dirigido al órgano competente, acompañado de la documentación médica y laboral relevante.

La segunda opción es la vía laboral, utilizada cuando se pretende exigir una indemnización adicional a la cobertura ordinaria, especialmente en casos donde se sospecha de negligencia por parte del empleador. Esta reclamación se realiza a través de un procedimiento de conciliación previa y, si no se alcanza un acuerdo, se presenta demanda ante el juzgado de lo social.

En supuestos más graves, como cuando el accidente ha sido consecuencia directa de una infracción penal (por ejemplo, falta grave en la prevención de riesgos laborales), puede iniciarse una denuncia ante la jurisdicción penal. Esta alternativa suele implicar una investigación más profunda, pero también puede conllevar una compensación mayor si se acredita dolo o culpa grave.

Cada canal de reclamación requiere un enfoque técnico distinto, por lo que la intervención de un abogado con experiencia en reclamaciones por accidente laboral es clave para identificar la estrategia más adecuada y defender eficazmente los derechos del trabajador.

5. Diferencias entre indemnización laboral y prestaciones de la Seguridad Social

En el contexto de un accidente de trabajo, muchas personas confunden los términos indemnización laboral y prestaciones de la Seguridad Social, creyendo que se trata del mismo tipo de compensación. Sin embargo, ambos conceptos obedecen a diferencias legales fundamentales y responden a finalidades distintas. Entender esta distinción resulta clave para que el trabajador afectado pueda ejercer sus derechos de manera informada y tomar decisiones adecuadas sobre su reclamación.

Mientras las prestaciones de la Seguridad Social se activan de forma automática en cuanto se reconoce un accidente laboral, la indemnización laboral requiere, en la mayoría de los casos, una acción expresa por parte del trabajador, a menudo con respaldo jurídico. Este matiz implica no solo diferencias procedimentales, sino también económicas y jurídicas.

Prestaciones de la Seguridad Social: cobertura básica obligatoria

Las prestaciones de la Seguridad Social son aquellas ayudas económicas o asistenciales que el sistema público garantiza al trabajador tras sufrir un accidente laboral o enfermedad profesional. Estas prestaciones incluyen, entre otras, la incapacidad temporal (baja médica), la incapacidad permanente parcial, total, absoluta o gran invalidez, así como la asistencia sanitaria correspondiente.

Este tipo de compensación no requiere demostrar una culpa empresarial. Basta con que el accidente sea reconocido como laboral por la mutua o por el INSS para que el trabajador tenga derecho a percibir una cantidad mensual, cuyo importe varía según su base reguladora y el grado de incapacidad reconocido. Además, la Seguridad Social se encarga de cubrir los gastos médicos, farmacéuticos y de rehabilitación necesarios para la recuperación del afectado.

Por otro lado, estas prestaciones se rigen por una normativa estricta y técnica, que establece criterios específicos para valorar las secuelas, la capacidad residual de trabajo y el impacto funcional. No contemplan el daño moral, ni la responsabilidad civil, ni la compensación por el perjuicio económico más allá del mínimo establecido legalmente.

Indemnización laboral: compensación adicional por daños y perjuicios

A diferencia de las prestaciones públicas, la indemnización laboral constituye un derecho complementario que puede exigirse cuando el accidente laboral ha generado perjuicios no cubiertos por la Seguridad Social. Este tipo de reclamación se basa principalmente en la responsabilidad civil del empleador, y su objetivo es reparar de forma integral los daños sufridos por el trabajador: físicos, psicológicos, económicos y morales.

Para que proceda una indemnización, normalmente debe acreditarse que existió una omisión de medidas de seguridad, una negligencia en la organización del trabajo o un incumplimiento normativo por parte de la empresa. En estos casos, la indemnización puede cubrir la diferencia entre el salario real y la prestación pública recibida, el daño emergente, el lucro cesante, así como los costes derivados de la pérdida de calidad de vida.

El importe de esta compensación no está sujeto a tablas fijas (excepto en casos asimilables a accidentes de tráfico), y su valoración depende de informes médicos periciales, análisis económicos y jurisprudencia especializada. Además, se tramita a través de la vía laboral o civil, requiriendo generalmente el apoyo de un abogado experto en accidentes de trabajo.

No menos importante es el hecho de que ambos sistemas pueden ser compatibles. Es decir, un trabajador puede recibir simultáneamente prestaciones de la Seguridad Social y reclamar una indemnización laboral, siempre que los daños sufridos no se encuentren plenamente cubiertos por la primera.

6. ¿Cuánto puedo cobrar por una indemnización por accidente de trabajo?

Uno de los aspectos que más preocupa a los trabajadores tras sufrir un accidente laboral es saber cuánto se cobra por una indemnización por accidente de trabajo. Esta inquietud es legítima, ya que el daño sufrido no solo afecta la salud, sino también la estabilidad económica y personal. Sin embargo, no existe una cifra única ni automática. El cálculo de la compensación dependerá de diversos factores legales, médicos y laborales que deben analizarse caso por caso.

Para estimar correctamente el monto que podría corresponder, es necesario entender primero los componentes que integran una indemnización y cómo influyen las características específicas del accidente y de la víctima en la cuantificación final. Además, existen diferentes tipos de compensación según se trate de indemnizaciones públicas, privadas, por convenio colectivo o por sentencia judicial.

Factores clave en el cálculo de la indemnización por accidente de trabajo

El primer elemento a considerar en el cálculo es el tipo de daño sufrido. No se trata solo de lesiones físicas visibles, sino también de las secuelas permanentes, las limitaciones funcionales, los trastornos psicológicos o incluso la pérdida de ingresos a largo plazo. Cada uno de estos factores tiene un impacto directo en el valor de la compensación.

La base reguladora del salario del trabajador es otro punto clave. Este valor, que se calcula según las últimas nóminas o según lo que establece el convenio colectivo aplicable, sirve como referencia para cuantificar tanto la prestación de la Seguridad Social como el perjuicio económico que la indemnización debe reparar. A mayor salario, mayor suele ser la compensación por lucro cesante.

Otro elemento determinante es el grado de responsabilidad del empleador. Si se demuestra que la empresa incumplió normas de prevención de riesgos laborales, no ofreció formación adecuada o utilizó maquinaria defectuosa, el trabajador podrá reclamar una indemnización adicional, muchas veces superior al estándar ofrecido por la mutua o la Seguridad Social. Esta indemnización puede incluir además intereses, daños morales y costes de tratamientos privados no cubiertos.

En estos casos, el respaldo de peritajes médicos y económicos se vuelve esencial. Un perito valorará el daño corporal conforme a los baremos de accidentes laborales o, si aplica, al baremo de tráfico como criterio orientador. También se pueden tener en cuenta tablas actuariales para estimar el impacto a lo largo de la vida laboral si hay incapacidad permanente.

Ejemplos de cuantías y diferencias según el tipo de daño e incapacidad

Aunque cada situación debe analizarse de manera individual, existen rangos orientativos basados en la jurisprudencia y la práctica habitual. Por ejemplo, una incapacidad permanente parcial puede dar lugar a una indemnización equivalente a 24 mensualidades de la base reguladora. En cambio, una incapacidad permanente total puede generar el derecho a una pensión vitalicia equivalente al 55% del salario habitual, o incluso al 75% en algunos casos con más de 55 años.

Cuando se trata de daños temporales sin secuelas, la compensación puede calcularse en base al número de días impeditivos, con valores que oscilan entre los 30 y 60 euros por día, dependiendo de si la baja fue total, parcial o de recuperación ambulatoria. A esto se puede sumar la compensación por gastos médicos, transporte o intervenciones quirúrgicas necesarias no cubiertas por el sistema público.

En supuestos graves, como pérdida de extremidades, lesiones neurológicas, amputaciones o incapacidad absoluta, la indemnización puede superar los 100.000 euros, especialmente si se prueba una negligencia empresarial. Las cifras también aumentan si el trabajador tiene personas a su cargo o si su profesión queda inhabilitada de forma irreversible.

El cálculo final debe contemplar no solo el daño emergente, sino también el impacto emocional, social y laboral de las secuelas. Por ello, la intervención de un equipo legal especializado es crucial para obtener el máximo reconocimiento indemnizatorio conforme a derecho.

7. ¿Necesito un abogado para reclamar una indemnización laboral?

Una de las preguntas más comunes que surgen tras un accidente de trabajo es si resulta imprescindible contratar un abogado para reclamar una indemnización laboral. Aunque la legislación española permite que el trabajador actúe por cuenta propia, la realidad es que el proceso legal asociado a estas reclamaciones suele ser complejo, técnico y con implicaciones económicas significativas. Por tanto, contar con una asesoría legal especializada no solo incrementa las posibilidades de éxito, sino que también garantiza que los derechos del trabajador estén plenamente protegidos desde el primer momento.

Presentar una reclamación implica enfrentarse a procedimientos administrativos, informes médicos contradictorios, plazos legales estrictos y, en muchos casos, la oposición activa de la empresa o su aseguradora. Por eso, es fundamental valorar la conveniencia de delegar esta gestión en manos de profesionales que dominen el marco legal y dispongan de experiencia contrastada en accidentes de trabajo.

Ventajas de contar con un abogado especializado en indemnización laboral

Uno de los mayores beneficios de contratar un abogado especializado radica en la capacidad para identificar con precisión la vía jurídica adecuada según la naturaleza del accidente y la prueba disponible. Muchas veces el trabajador no sabe si debe acudir a la vía civil, penal, laboral o administrativa. Una elección errónea puede suponer la pérdida del derecho a indemnización o una tramitación más lenta e ineficaz.

Además, un abogado con experiencia en reclamaciones por accidente de trabajo podrá calcular con rigor el valor de la indemnización que corresponde, teniendo en cuenta tanto los daños físicos como el perjuicio económico, la posible incapacidad futura, los gastos derivados y el daño moral. Este cálculo debe basarse en baremos legales actualizados, doctrina jurisprudencial y criterios económicos que requieren conocimientos técnicos específicos.

Otro punto crucial es la redacción de documentos. Las reclamaciones mal formuladas, incompletas o con defectos procesales suelen ser desestimadas por los tribunales o devueltas por los organismos competentes. En cambio, un abogado sabe cómo estructurar las demandas, integrar informes médicos, presentar pruebas, gestionar testigos o interponer recursos si la resolución no es favorable.

Adicionalmente, los abogados especializados en esta materia suelen contar con una red de peritos médicos y expertos en valoración del daño corporal, lo que permite sustentar con mayor fuerza el expediente de reclamación. Esta colaboración técnica se traduce muchas veces en indemnizaciones más elevadas, debido a que se demuestra con objetividad el alcance real de las secuelas.

Defensa frente a aseguradoras y negociación de acuerdos extrajudiciales

Las compañías aseguradoras tienen como principal objetivo reducir al mínimo las cantidades que deben abonar. Para ello, suelen recurrir a informes médicos propios, interpretación restrictiva de los hechos o alegaciones legales destinadas a minimizar su responsabilidad. En este escenario, la intervención de un abogado especializado en indemnización laboral se convierte en un factor de equilibrio clave.

Un profesional legal no solo está preparado para impugnar las argumentaciones de la aseguradora, sino que también tiene la capacidad de liderar una negociación extrajudicial en condiciones justas. De este modo, el trabajador puede evitar juicios prolongados y desgastantes, sin renunciar a obtener una compensación justa.

Asimismo, muchos despachos ofrecen servicios con honorarios a éxito, es decir, solo cobran si logran una indemnización efectiva para el cliente. Esta modalidad elimina barreras económicas de entrada y permite a cualquier trabajador acceder a una defensa de calidad sin adelantar dinero.

Por último, el acompañamiento de un abogado durante todo el proceso genera seguridad y respaldo emocional en momentos de alta vulnerabilidad. El trabajador no tiene que enfrentarse solo al sistema, ni asumir decisiones legales complejas sin conocimiento.

Conclusión

Reclamar una indemnización por accidente de trabajo requiere comprender bien los conceptos clave y actuar con conocimiento. A lo largo del artículo, hemos explicado qué es una indemnización laboral y quién tiene derecho a solicitarla, detallando además los primeros pasos tras el accidente, la documentación necesaria, y el procedimiento para presentar una reclamación.

También se han aclarado las diferencias entre indemnización laboral y prestaciones de la Seguridad Social, cómo se calcula el importe a cobrar en función de los daños sufridos, y la importancia de contar con un abogado especializado para maximizar las posibilidades de éxito.

Ante un proceso que puede ser complejo y técnico, contar con asesoramiento legal adecuado no es solo una ventaja, sino una garantía de protección para tus derechos. Si has sufrido un accidente laboral y deseas iniciar tu reclamación o resolver cualquier duda, no dudes en ponerte en contacto con un especialista.

Tu recuperación merece una defensa profesional.

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